Desde el instante que llegué sentí una calidez que invadió todo mi ser, llegamos al lugar al que, durante dos semanas, sería nuestra casa, nuestro hogar.
He tenido la fortuna de a mis 26 años, poder viajar, me he alojado en varias decenas de sitios y dormido en otras tantas camas más pero, solamente aquí, he podido realmente llamarlo hogar.
Nada más salir del coche, iba bajando Ana con una sonrisa para enseñarnos con detalle el sitio dónde los próximos días nos íbamos a alojar. No es el hecho de si las habitaciones son más grandes o pequeñas, o que cosas habrá. Lo que realmente hace éste sitio distinto a los demás, es el amor y el cariño que hay puesto en cada detalle. Empezando por el más insignificante pero el más hermoso y bello, que Ana nos puso Lavanda en el comedor para tener un aroma fresco nada más llegar. Le pone al comedor un sofá que yo mismo compraría para mi casa porqué es el más cómodo que he probado jamás! Una cocina con absolutamente todo, una terraza con una mesita para dos dónde, en mi primer anochecer, pude disfrutar de un refresco en la mesa y tener la fortuna de ver una estrella fugaz, dónde otro pequeño detalle estaba ahí al llegar y que Ana también pensó para acentuar esa agradable sensación, una velita en la mesa para dar más romanticismo al lugar.
El mimo, el cariño, la mencionada atención al detalle que le pone a éste sitio es lo que hace que sea tan especial y diferente a todo lo demás. Pone todo lo que tendría ella misma en su propia casa y hasta más!
Por si eso fuese poco, la atención que Ana nos ha dado día tras día, dónde nos preparó una lista de sitios para visitar y, nos ha tratado desde el principio, en conjunto con Juanmari, cómo parte de su propia familia, ofreciéndonos todo sin esperar recibir nada a cambio, regalándonos su tiempo para llevarnos a sitios preciosos, y siempre con su mencionada sonrisa en la cara.
Pero no termina ahí, además todo el pueblo es así! Todos están al servicio de todos, como hermanos y eso es algo maravilloso de experimentar cuándo, al salir de esa "pequeña" y maravillosa burbuja, no sueles encontrar.
Dejo mil cosas maravillosas en el tintero por mencionar pero lo más importante es el inolvidable recuerdo que siempre conmigo y mi familia va a quedar.
Gracias con todo nuestro corazón porqué de cuatro paredes frías, le has dado la calidez de un hogar, por todo el amor que nos has dado, por todo tu inagotable positivismo ante la vida, por tu generosidad y la de los tuyos, y por siempre ver y esperar todas las cosas buenas de los demás.
Siempre estaréis en nuestros corazones y, es más, no hay nada más maravilloso que una promesa, la promesa de que voy a volver a éste maravilloso sitio lleno de lugares preciosos y espectaculares, de comida digna de Reyes y de gente servicial, honesta y sincera.
Gracias familia y muchos besos a ti queridísima Ana, a Juanmari y a los peques, os queremos!!!!
Hasta muy pronto!!!!

Con mucho amor y cariño desde tierras catalanas,
GRACIAS NAVARRA, GRACIAS IRAIZOTZ Y GRACIAS FAMILIA POR ESTE GRAN REGALO!

David Obiol y família